lunes, 30 de septiembre de 2024

         Reflexión sobre el cambio de profesión a los
                                               46


                        La lucha por una oportunidad justa


He dedicado los últimos años de mi vida a reinventarme, a

estudiar y formarme como desarrollador Python y web. A mis

46 años, tras decidir cambiar de profesión, comencé esta

aventura con toda la ilusión, las ganas y la dedicación

posibles. He completado numerosos cursos y certificaciones,

he aprobado proyectos y realizado prácticas con excelentes

notas. Sin embargo, después de más de un año y medio de

buscar trabajo activamente, me he enfrentado a la dura

realidad de que las oportunidades no siempre llegan para

todos.


De 145 candidaturas enviadas, solo he conseguido una

entrevista y una lista interminable de rechazos. En una

ocasión, un reclutador me dijo que un cambio de profesión a

mi edad era prácticamente imposible, que muchas empresas

ni siquiera considerarían mi perfil, descartándome antes de

darme la oportunidad de demostrar lo que valgo. Y, sin

embargo, escuchamos constantemente que lo que realmente

importa es la experiencia, las habilidades y las ganas de

aprender y trabajar.


He invertido mi tiempo, mi esfuerzo y los meses de mi

prestación por desempleo en formarme y completar mis


estudios. Pero a pesar de ello, ni una sola llamada para

ofrecerme la oportunidad de demostrar lo que puedo aportar.

Un claro ejemplo de lo frustrante que es esta situación fue

cuando un compañero de mi escuela, con solo el 50% del

curso completado y 21 años, recibió una oferta de la misma

empresa a la que ambos habíamos aplicado. A él le dijeron

que no importaba que no hubiera terminado, que ellos lo

formarían; mientras que yo recibí un frío "hemos decidido no

seguir con tu candidatura."


Me quedé sin palabras. Después de todo el esfuerzo y la

dedicación, me encontré una vez más con un portazo. Me

pregunto si tendré que volver al camino que prometí no

recorrer, un camino que me dejó agotado y sin motivación en

mi anterior profesión.


Con esta publicación, no busco generar lástima, sino hacer

un llamamiento a todas las empresas para que se detengan y

vean más allá de la edad, del cambio de profesión, de los

prejuicios. Todos merecemos una oportunidad de demostrar

de lo que somos capaces. Es un mensaje de ánimo para

todos aquellos que, como yo, han decidido comenzar de

nuevo, luchar contra la corriente y no rendirse, a pesar de que

las puertas sigan cerrándose. Confío en que llegará el día en

que se valore realmente el esfuerzo, la dedicación y el deseo

genuino de aprender y crecer.


A todas las empresas:


No descarten a un candidato por su edad o por su cambio de

trayectoria. Den una oportunidad, escuchen sus historias y

permitan que demuestren su potencial.

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